martes, 24 de julio de 2007

UN ARTE


El arte de perder no es un arte difícil;
tantas cosas parecen vivir por un propósito
de pérdida que cuando se pierden no es muy trágico.
Pierdan a diario algo. Acepten la molestia
de extraviar el llavero, la pérdida de tiempo.
El arte de perder no es un arte difícil.

Practiquen perder, luego, más cosas y más rápido:
lugares, nombres, dónde era que estaban yendo.
Ninguna de estas cosas es demasiado trágica.
Perdí el reloj materno. Y miren, se me ha ido
la última, o penúltima cosa que tanto amaba.

El arte de perder no es un arte difícil.
Dos hermosas ciudades perdí.
Y algunos reinos que poseía,
dos ríos y un continente.
Y aunque, sí, los extraño, no fue una cosa trágica.

Incluso tras perderte a ti (la voz burlona, un gesto que amo)
no habré dicho una mentira.
Es obvio que el arte de perder no es cosa muy difícil
aunque parezca a veces (¡anoten!) algo trágico.

Elizabeth Bishop

No hay comentarios: