martes, 12 de febrero de 2008

DÍAS PERROS


...no te amargues, por eso ja-ja jálate al revén,
la vida no es más que lo que tú vendes...

Hay días en que mi cuerpo no quiere levantarse, como si tuviera el presentimiento de que ese día debe evitar exponerse a la cotidiana realidad, como si ese día lo mejor sería continuar en entresueños. Hoy fue uno de esos días. Desde temprano, la ducha fría por el calentador averiado y un desayuno infame ya auguraban un día de perros. El tráfico y la tardanza para llevar al niño a la escuela y la consecuente bronca con mi ex mujer, la computadora pasmada en el trabajo por no se qué maldito virus, un médico molesto por una estupidez típica de médico molesto y una entrega de insumos retrasada confirmaban que era uno de esos días y apenas era media tarde. Para mi fortuna recibo tu llamada y tu voz burlona avisándome que nos veremos por la noche me ayuda a soportar el resto de la tarde. Un pésimo día está terminando y en lo único que pienso es pasarme un buen rato contigo mientras voy hacia tu casa. Mi día empieza a cambiar cuando te veo sonriendo, cuando te escucho riendo. Y el atardecer a tu lado poco a poco logra que me vaya olvidando de todo lo que pasé antes de verte. Y cuando casi lo había olvidado, cuando me estaba convenciendo que ya el día de perros se había acabado y en tu rostro todavía con una sonrisa me tranquilizabas, la peor parte del día apenas comenzaba. Me dices que has decidido irte de la ciudad porque crees que es lo mejor para ti, que no estarás tan lejos y que podríamos organizarnos para seguir viéndonos uno o dos fines de semana cada mes. Me dices que desde tu última pérdida, tu vida y tu rutina no son sostenibles y prefieres estar con tu familia, me repites que no quieres terminar, dejar de verme y que quieres intentarlo aún con la distancia, que crees que va a ser difícil pero que podemos buscar opciones para vernos. Una voz en mi interior me dice que encontraremos las opciones. Quizá es la misma voz que en tu interior te dice que te muestres confiada y optimista cuando me dices que todo va a estar bien. Pero a mi voz interior le creo muy poco, y tampoco creo que tú confíes en la tuya. Me parece más bien que queremos iniciar una pelea contra lo inevitable. Románticos ilusos, hasta eso compartimos. Y me vienen ideas de buscar los tiempos para vernos, tu aquí a veces, yo allá a veces, hincharemos la cuenta telefónica, nos encontraremos en el chat, nos enviaremos correos y fotos pero tarde o temprano, mis ocupaciones o las tuyas nos harán colgar la llamada, despedir el chat, interrumpir los correos y los viajes para vernos. Tarde o temprano la constante será "estoy cansada...", "hoy no puedo...". Tarde o temprano vendrán días perros y no estaremos juntos. Tú conocerás a alguien, yo conoceré a alguien y nuestra etiqueta se volverá "viejos afectos". Pero en éste día de perros no quiero que acabe nada y me dejo llevar por el vaivén de tu pelo agitado por el viento. Me decido a disfrutarte y disfrutar los momentos, el tiempo, las vivencias, todo lo que me quede contigo. Disfrutar incluso lo que queda de éste perro día.

No hay comentarios: